sábado, 17 de abril de 2010

Lucía, la Eterna Sonrisa

Cuando David hace ya más de un año nos dejó todas mis esperanzas, todas mi fuerzas, mis oraciones y mis mejores deseos eran para dos pequeños que fueron compañeros de UCI de David, dos niños y dos familia a las que queremos, apreciamos y admiramos por la lucha a la que cada día se enfrentan.

Hoy la pequeña Lucía, nuestra Lucía que siempre tenía una sonrisa, esa niña a la que hemos seguido, a la que hemos sentido como parte de nuestra familia, esa pequeña que nos ha sorprendido tantas veces por su fuerza y sus ganas de vivir, hoy ha subido al cielo para reunirse con sus amigos y compañeros y poder jugar todos juntos.

Nunca piensas que estas cosas pueden pasar, nunca piensas que la vida pueda ser tan cruel, nunca piensas que después de que sus padres estén 15 meses sin tener casi un día de descanso luchando por su hija ahora sufran su pérdida, nunca piensas que ahora que todo debería enderezarse se tuerza definitivamente.

Se me ha encogido especialmente el corazón viendo y escuchando a Jesús porque me he visto reflejado. Me he estremecido cuando le oía decir todas esas cosas que ya no podrá hacer con Lucía y me he emocionado cuando nos ha dicho a Jorge y a mi que de toda la gente que había, solo nosotros podíamos entenderle. Ojalá no solo sea entenderle sino también ayudarle y por supuesto, poder seguir disfrutando juntos en un futuro de la vida y de los hijos que a todos nos quedan por venir. Lo he dicho y escrito alguna vez, si hay algo positivo que se pueda sacar de todo esto, es la gente que hemos conocido.

Ahora empieza un camino duro, más duro si cabe para Ana y Jesús ya que antes luchaban por y con su hija, ahora toca luchar solos, y su ausencia es algo que pesará mucho, pero si han sido tan fuertes antes, seguro que les quedan fuerzas para poder seguir luchando ahora porque si hay algo bonito y de lo que cada uno se pueda enorgullecer es precisamente de esa lucha diaria.

Ana, se que algún día leerás esto, sabes que en Silvia y en mi tenéis tanto tú como Jesús a dos amigos, a dos personas con las que podéis contar para lo que necesitéis, a dos personas con las que llorar y reír. A dos personas que os admiran y os respetan por esos 15 meses de lucha sin tregua. A dos personas que saben lo que todo esto significa y que aún siguen luchando para superarlo.

Hoy, allá donde Lucía esté junto con David, seguro que os mirará con amor pero sobre todo con orgullo por el pedazo de padres que tiene. Eso es algo que nada ni nadie os podrá quitar nunca, habéis luchado por ella hasta el límite.

Hoy Lucía no nos ha dejado, simplemente ha pasado de nuestras vidas a nuestros corazones y allí estará hasta que como yo decía a Jesús, algún día todos vuelvan a estar juntos, al igual que yo estoy seguro de que algún día nosotros volveremos a reunirnos con David.

Te echaremos de menos Lucía, sé feliz allá donde estés y dale fuerza a tus padres para que puedan seguir adelante.

jueves, 1 de abril de 2010

Fenómeno de Raynaud

Después de muchos años sufriendo cada invierno la congelación de mis manos al correr, después de pasar muchos malos ratos con tremendos dolores por ese frío, al fin he encontrado la respuesta a lo que me pasa.

En una visita rutinaria al cardiólogo para poder hacerme una prueba de esfuerzo, como digo rutinaria que todos los deportistas deberían hacerse, le expuse el caso ya que este invierno ha sido especialmente difícil por lo frío que ha sido. Me empezó a hacer preguntas sobre los síntomas, cómo y cuándo me pasaba, y enseguida concluyó que lo que me pasa es el Fenómeno de Raynaud.

El Fenómeno Raynaud, descrito por primera vez por Maurice Raynaud en 1862, es un trastorno que afecta a los capilares de las extremidades (manos, y en un menor porcentaje, los pies), afectando la circulación normal de la sangre. Es básicamente un agravamiento de la acción normal que tienen los capilares de contraerse con el frío. Es una fenómeno relativamente frecuente que afecta a aproximadamente 1 de cada 20 personas. La causa es desconocida, pero lo que la desencadena es la exposición al frío o contacto con el agua fría, aunque hay casos (menos frecuentes) en los que es activada por un estímulo emocional.

Según la cardióloga no es un problema y no hay de qué preocuparse y para mi es un alivio al saber que lo que me ocurre tiene una explicación